Departamento de Sistemas Informáticos y Computación (DSIC)

colabora Óscar Pastor, director del DSIC entre 2001 y 2008 

Las décadas que abarcan el cambio de siglo (del XX al XXI) fueron especialmente intensas en el ámbito de la informática. Fueron años en los que, más allá del término más convencional de “informática,” emergía con fuerza una nueva, prometedora y potente ingeniería informática. En ese contexto, una universidad politécnica con el prestigio de la Universitat Politècnica de València debía tomar decisiones que marcarían el futuro de esa joven ingeniería, que reclamaba su espacio dentro del ámbito de las ingenierías. Esta disciplina aspiraba a transformar la sociedad y perseguía nuevas metas con un entusiasmo que ha continuado desarrollándose hasta la actualidad. Esta expansión se mantiene imparable frente a los inmensos desafíos que plantea la inteligencia artificial, siempre orientada a transformar y mejorar la sociedad y las vidas de las personas.

Eran tiempos exigentes, ciertamente. Durante el rectorado de Justo Nieto, la Universitat Politècnica de València supo tomar decisiones que hicieron posible el crecimiento sostenible, continuo y equilibrado de esta nueva ingeniería. Fueron años en los que Óscar Pastor desempeñó el cargo de director del Departamento de Sistemas Informáticos y Computación (DSIC) entre 2001 y 2008, un período que permitió materializar el sueño compartido de diseñar una gran ingeniería informática dentro de una gran universidad. Este logro fue posible gracias al esfuerzo conjunto de los directores que le precedieron, como Vicent Botti, y quienes le sucedieron, como Juan Carlos Casamayor.

El rectorado de Justo Nieto estuvo a la altura de las circunstancias en aquellos tiempos, que requerían soluciones atrevidas y visionarias. En noviembre de 2002 se inauguró un nuevo edificio departamental que respondía a las expectativas y necesidades de la creciente comunidad de ingenieros e ingenieras informáticos. Durante esos años, se convocaron y resolvieron un número significativo de plazas que aportaron estabilidad a un grupo de investigadores cuya excelencia es hoy visible en los currículos de numerosos compañeros. Muchos de ellos han entrado o entrarán pronto en fase de jubilación, tras haber desarrollado carreras académicas notables.

Un ejemplo de los logros alcanzados durante ese período es el desarrollo de una aplicación de software denominada “La Máquina de Programar,” que generó resultados de alto valor científico e industrial. Este proyecto atrajo el interés de un importante grupo de construcción en Dénia, CHG, liderado por Siegfried Bohro, y de una empresa farmacéutica vinculada a dicho grupo, Consoft S.A., dirigida por José Iborra. Este interés dio lugar a la creación de una empresa de base tecnológica en un momento en que los conceptos de “spin-offs” apenas se mencionaban fuera de Palo Alto. Así nació CARE Technologies, una compañía que, actualmente bajo el nombre de “Integranova,” emplea a ingenieros e ingenieras de software formados en la UPV. Esta iniciativa fue posible gracias al apoyo incondicional de la universidad y del rector Justo Nieto, quien respaldó el desarrollo del proyecto desde su etapa inicial, que incluyó la tesis doctoral de Óscar Pastor, hasta su consolidación en congresos, maestrías, y presentaciones internacionales.

El respaldo explícito de Justo Nieto también se evidenció en reuniones del “Scientific Advisory Committee” celebradas en Dénia, en las que su presencia, junto a la de investigadores de diversos continentes, reforzaba el compromiso del rectorado con este tipo de proyectos.

A Óscar Pastor le gusta rememora el dicho marinero escuchado a su “yayo”: “Nunca soplan buenos vientos para quien no tiene rumbo” para hacer referencia al rumbo claro que impuso Justo Nieto aprovechando los buenos vientos que han llevado a la Universitat Politècnica de València a ser la gran universidad que es hoy, y que seguirá siendo con el esfuerzo de todos.

Óscar Pastor, director del DSIC entre 2001 y 2008