Instituto de Matemática Pura y Aplicada (IMPA)

colaboran José Bonet Solves y Vicente Montesinos  

Durante su mandato como rector de la Universitat Politècnica de València (UPV), Justo Nieto Nieto desempeñó un papel crucial en el desarrollo del Departamento de Matemática Aplicada y del Instituto de Matemática Pura y Aplicada de esta universidad. A lo largo de sus seis legislaturas como rector (1986-2004), Nieto, quien previamente se había formado como ingeniero industrial mecánico y era catedrático en Cinemática y Dinámica de Máquinas, mostró un especial interés y deferencia hacia la disciplina matemática. No se trata aquí de hacer una semblanza completa de su figura ni de detallar sus logros científicos y académicos, ya que otros textos en este volumen lo hacen con rigor, sino de destacar la particular relación que mantuvo con los matemáticos de la UPV y su convicción de fomentar un ambiente favorable para el desarrollo de la matemática en los ámbitos administrativo, docente e investigador.

José Bonet y Vicente Montesinos concibieron la creación de un Instituto de Investigación que, al igual que otros existentes en España, canalizara la investigación matemática que ya se realizaba en la UPV y fomentara nuevas actividades. Este instituto proyectaría hacia el exterior una imagen de referencia, prestigiosa para la universidad. En este propósito coincidieron con Manuel López Pellicer, también catedrático de la UPV y primer discípulo de Manuel Valdivia, quien simultaneó su cátedra entre la Universitat de València y la UPV. Nieto, amigo personal de Valdivia, comprendió de inmediato los objetivos de Bonet, Montesinos y López Pellicer. No fue necesario convencerlo, pues ya reconocía la calidad del trabajo matemático en la UPV y entendía que el apoyo solicitado estaba plenamente justificado. Además, su visión y amor por la universidad le permitieron anticipar que los resultados de ese apoyo contribuirían al prestigio de la institución. Hoy, la investigación matemática es una de las áreas más relevantes de la UPV, y los encuentros que Bonet y Montesinos mantuvieron con Nieto sobre el Instituto resultaron sumamente productivos. Nieto comprendía a fondo el trabajo de estos matemáticos, mostraba un profundo respeto por la disciplina y albergaba grandes expectativas para su expansión y mejora continua.

La gestación del Instituto recibió aprobación inicial el 13 de noviembre de 2003, bajo la categoría de Estructura Propia de Investigación. En ese momento, se estaba erigiendo la Ciudad Politécnica de la Innovación, un proyecto que reflejaba la visión de Nieto. Aunque los espacios en construcción aún no estaban disponibles, Nieto proporcionó una sede provisional en el edificio 9B. Este espacio fue adecuadamente equipado, y aunque el lugar era transitorio, permitió iniciar las actividades sin demora. En aquel momento, el equipo directivo quedó conformado con José Bonet como director, Vicente Montesinos como subdirector y Ana Martínez como secretaria. Más adelante, el Instituto se trasladó a su actual emplazamiento en el edificio 8E, bloque F, en la Ciudad Politécnica de la Innovación. Gracias a la receptividad del equipo rectoral y, en particular, a la sensibilidad de Nieto, se permitió a los investigadores intervenir en el diseño de las instalaciones para adaptarlas a las necesidades del Instituto. Con el nombramiento de Minerva Báguena como gestora de proyectos, quien continúa en ese rol, se logró una gestión eficiente de las actividades programadas. En 2007, a propuesta del Consejo Social de la UPV y tras una evaluación favorable de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva, el Consell de la Generalitat aprobó la creación del Instituto como Instituto Universitario de Investigación, gracias a la intervención de Nieto, quien en ese momento ejercía como Conseller de Empresa, Universidad y Ciencia.

Cabe destacar otro aspecto de la relación de Nieto con la matemática en la UPV. Como se mencionó anteriormente, Manuel Valdivia fue catedrático en ambas universidades públicas de Valencia en una época anterior a la normativa de incompatibilidades. La estrecha amistad entre Nieto y Valdivia, junto con el reconocimiento de este último como matemático, favoreció una comprensión profunda del respeto y aprecio que los discípulos de Valdivia sentían hacia él. En dos ocasiones durante el rectorado de Nieto, Valdivia celebró aniversarios significativos, conmemorados mediante congresos internacionales promovidos y organizados por sus discípulos y colaboradores. La UPV, junto con la Universitat de València, participó activamente en estos eventos, lo que demostró la sensibilidad y el respeto de Nieto hacia la figura de Valdivia y la comprensión hacia quienes buscaban rendirle homenaje.

Además, bajo el rectorado de Justo Nieto, la UPV otorgó a Manuel Valdivia el título de doctor “honoris causa” en 1993. Esta iniciativa, propuesta por Manuel López Pellicer, contó con el respaldo unánime de la Junta de Gobierno y del Claustro de la Universidad. Nieto, quien siempre mostró una disposición favorable hacia esta iniciativa, facilitó su realización. En su discurso de nombramiento, Nieto celebró la coincidencia del honor compartido entre Valdivia y el arquitecto Santiago Calatrava, ambos ligados a la UPV: “Las palabras del arquitecto de las matemáticas, Don Manuel Valdivia, y del geómetra de la arquitectura, Don Santiago Calatrava… Profesor y alumno que han sido ambos de esta universidad”. Con estas palabras, Nieto reflejó no solo su admiración por ambos, sino también su orgullo por el impacto de sus contribuciones.

Justo Nieto era un hombre que amaba profundamente a su universidad, valoraba la excelencia y expresaba sus ideas con un lenguaje sincero, cercano y libre de formalismos. Recordaba con orgullo sus orígenes humildes y su conexión genuina con la tierra.

Bonet y Montesinos visitaron a Nieto en numerosas ocasiones en su despacho del rectorado, un espacio decorado con obras de arte y presidido por una obra de Tapies. El campus de la UPV es un lugar acogedor, embellecido por una cuidada vegetación y una notable colección de esculturas al aire libre; sus espacios institucionales muestran un aprecio evidente por el arte. El diseño del campus y su atmósfera acogedora son, en buena medida, fruto de la visión de Nieto.

José Bonet y Vicente Montesinos (en la primera fila del público, segundo y tercero por la izquierda, respectivamente) asistiendo a un congreso en homenaje a Jean Schmets en Lieja en 2007.

José Bonet el día de su lectura de entrada en la Real Academia de Ciencias (23 de abril de 2008) flanqueado por Jaime Gómez e Inma Monzó, esposa de este.