Del Centro de Formación Permanente (CFP) al Centro de Formación de Postgrado

colabora Patricio Montesinos 

El Centro de Formación Permanente se originó como una iniciativa del rector Nieto a principios de los años noventa. Esta propuesta fue compartida con el Consejo Social de la UPV y, a inicios de 1991, se creó el Centro de Formación de Postgrado de la UPV, como fue denominado originalmente. Durante este período, hasta septiembre de 1992, se desarrolló una primera normativa de Estudios de Postgrado, aprobada en julio de 1992 por el Consejo de Gobierno.

Periodo Fundacional (1992-1996)

En septiembre de 1992, se incorporó como director del CFP el Dr. Patricio Montesinos Sanchis, ingeniero informático y MBA por la UPV, además de exdelegado de alumnos de la Facultad de Informática. A partir de ese momento, con una normativa inspirada en el espíritu dinamizador que Antonio Gutiérrez e Ignacio Fernández de Lucio imprimieron al Centro de Transferencia de Tecnología, comenzó a desarrollarse de manera sistemática la actividad de formación permanente en la UPV. La normativa se sustentaba en cuatro decisiones estructurales:

• Centralización de la actividad mediante la matrícula, certificación y evaluación de todas las acciones de formación permanente desarrolladas desde la UPV.

• Centralización de la gestión de ingresos y descentralización del gasto.

• Descentralización del diseño y del proceso de aprobación.

• Apoyo centralizado en los procesos de promoción.

Desde una perspectiva organizativa, el CFP incorporó personal técnico y administrativo, alcanzando en este período una plantilla de tres administrativos, cuatro técnicos de gestión y un técnico de soporte informático. Se desarrolló internamente una plataforma que daba soporte a las distintas etapas de la cadena de valor de la formación permanente. Esta cadena abarcaba desde el análisis de demanda, diseño, marketing, matrícula, gestión económica, impartición y evaluación de docentes y discentes, hasta la certificación. Además, la cadena de valor de la formación demandada permitió una reflexión estratégica para identificar fortalezas y debilidades, facilitando la formulación de estrategias de mejora y crecimiento para las actividades del CFP.

La plataforma permitió centralizar procesos de alta de cursos aprobados, matrícula, gestión de ingresos, evaluación y certificación. Paralelamente, se creó el primer CRM de la UPV, basado en la clasificación de áreas de interés de los egresados con información postal disponible (aproximadamente 20.000 registros) y en las áreas de interés asociadas a los cursos en el momento de su registro. Este cruce entre áreas de interés de clientes potenciales y oferta de formación consolidó el servicio de promoción y ofreció un servicio diferencial en comparación con otras universidades y fundaciones universitarias de la región.

Una decisión estructural apoyada por el rector Nieto que contribuyó notablemente al crecimiento de la formación permanente fue simplificar y flexibilizar los procesos internos de aprobación de cursos, otorgando a todas las estructuras colegiadas (escuelas y departamentos) la capacidad para promover formación hacia egresados y empresas, excluyendo del proceso de aprobación la formación demandada, con el objetivo de agilizar la respuesta.

Por otra parte, se fortalecieron las relaciones con entidades externas, tales como el IMPIVA, la Dirección de Formación Profesional de la Conselleria de Educación y la Presidencia de la Generalitat Valenciana en Valencia; con empresas como IBM, Ford, Siemens y SIDMED; y con entidades como el Fondo Social Europeo y el programa Columbus de UNESCO para Latinoamérica. Esta proyección nacional permitió al CFP participar en proyectos financiados por FORCEM (actual FUNDAE) y por la Unidad Administradora del Fondo Social Europeo (FSE) en España. El FSE financió la organización de tres cursos para cada una de las dieciséis escuelas técnicas de la UPV en aquel momento (un total de cincuenta cursos de formación específica) y diez cursos de carácter transversal desarrollados junto a IBM y la Cámara de Comercio de Valencia.

Además, se impulsó la proyección europea y latinoamericana de las actividades del CFP. En cuanto a proyectos europeos, la UPV se vinculó al grupo de trabajo de educación continua de la Sociedad Europea de Formación de Ingenieros (SEFI) y a la European Universities Continuing Education Network (EUCEN). Estos espacios permitieron al CFP integrarse en la dinámica de presentación de proyectos europeos a fondos TEMPUS, ALFA, LEONARDO y Fondo Social, lo que aportó financiación para la contratación de personal en tareas estructurales del CFP.

De esta forma, la UPV se incorporó al consorcio del grupo de trabajo de Educación Continua de SEFI, conformado por universidades como la Universidad Tecnológica de Helsinki, Universidad de Cambridge, Universidad de Oxford, Universidad de Porto, Universidad Politécnica de Viena, Universidad de Aalborg, Politécnico de Milán y Florencia, entre otras. Este consorcio sirvió como espacio para benchmarking, aprendizaje y nuevos proyectos. De él surgió el germen del proyecto INTERFAD, clave para el desarrollo de la formación permanente a distancia en la UPV en la siguiente fase del CFP. Por otro lado, el programa COLUMBUS de la UNESCO financió el inicio de un proyecto europeo de fondos ALFA y la creación de la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa (RECLA).

Edificio Nexus, donde se ubica del CFP.

Despliegue (1996-2000)

En esta fase de despliegue, el CFP se trasladó a una superficie de 350 m² ubicada en los bajos de la Escuela de Agrónomos, junto al Ágora de la UPV. En este espacio, se destinaron 50 m² para la primera aula exclusiva de formación permanente en la universidad. Desde una perspectiva estructural, cabe destacar la decisión de crear un espacio exclusivo dedicado a actividades de vinculación externa (CTT, Agencia de Empleo, IDEAS, Acción Internacional, Radio y Televisión UPV e ICE). Las obras comenzaron a finales de 1998 y culminaron con la entrega del edificio NEXUS en junio de 2000.

Durante este periodo, se incluyeron estratégicamente las Vicerrectorías y las incipientes estructuras propias de investigación (centros e institutos) como entidades con capacidad para promover ofertas de formación. Desde la perspectiva estructural, también se decidió estabilizar el CFP dotándolo de puestos de funcionarios: una jefatura de servicio, tres técnicos superiores, tres técnicos medios y cuatro puestos administrativos, dedicados a la gestión de la formación permanente a tiempo completo. Este equipo de once personas, financiado por la UPV, se complementaba con nueve contratos adicionales provenientes de fondos externos, conformando así una plantilla de veinte personas dedicadas exclusivamente a la formación permanente.

Patricio Montesinos a la entrada del CFP

Este apoyo estructural se acompañó de una transformación organizativa profunda en el CFP. La crisis de crecimiento en esos años fue abordada mediante el inicio de una hoja de ruta basada en la implementación de la norma ISO 9001. La evolución de una organización basada en la cadena de valor a una orientada a clientes y servicios, y posteriormente a un mapa de procesos y procedimientos, permitió sistematizar la gestión por objetivos e implementar un cuadro de mando que sigue vigente. En este periodo se desarrolló una aplicación cliente-servidor, germen de la actual plataforma de gestión de la educación continua, POSEIDON. Esta aplicación permitió gestionar el crecimiento y el dinamismo de la formación permanente, impulsada por los proyectos del FSE y FORCEM. Los profesores de la UPV empezaron a percibir que esta actividad era posible y que tenía relevancia social y profesional.

A nivel nacional, se destaca el Proyecto Observatorio FORCEM de la UPV, financiado por la Fundación para la Formación Continua. Consistió en elaborar un inventario de unas 20 acciones formativas para cada una de las escuelas y en desarrollar los 10 cursos más demandados en cada titulación. Esto permitió contar con una base de datos de oferta formativa técnica (300 acciones de formación posibles) y ejecutar 150 cursos en colaboración con las Escuelas de la UPV para sus titulados. Estos cursos fueron el germen de muchos títulos propios y de cursos a medida desarrollados para empresas e instituciones como la Conselleria de Educación.

Patricio Montesinos entre Christopher Padfield, responsable de formación continua de la Universidad de Cambridge y Markku Makula, director del centro de educación continua de la Universidad de Aalto.

En el ámbito europeo, cabe destacar dos proyectos desarrollados con la Helsinki University of Technology (actual Aalto University). El primero, el proyecto KORNET/COOPNET, consistió en desarrollar formación a distancia utilizando medios técnicos de la época (correo electrónico, videoconferencias punto a punto y material en formato HTML). El segundo proyecto, financiado por el FSE, se denominó INTERFAD y permitió desarrollar diez cursos de formación a distancia en formato instruccional tutorizado. Para apoyar esta innovadora modalidad de enseñanza, se creó el primer sistema de gestión de contenidos (LMS-CMS) de una universidad española. Esta experiencia se recogió en un libro pionero coeditado con la Aalto University en 1999, titulado “Great Paella Cookbook for Online Learning”.

Durante esta etapa, el CFP se involucró más activamente en redes internacionales. A finales de 1996, el director del CFP asumió la posición de Chairman del Working Group de Continuing Education de SEFI (1997-2005) y se unió al Board del presidente de la Sociedad Europea de Formación de Ingenieros (1997-2000). En 1997, como resultado del proyecto Alfa II “Herramientas para la autoevaluación de Centros de Educación Continua” (1997-1999), se constituyó en Colombia la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa (RECLA), de la cual el director del CFP fue fundador, vocal de la primera junta directiva y vicepresidente durante el periodo 1998-2002.

Finalmente, la UPV se incorporó a la Junta Directiva de la International Association for Continuing Engineering Education (IACEE), una red internacional que aborda la gestión, tendencias tecnológicas y necesidades de formación continua en ingeniería. En la IACEE participan universidades de Estados Unidos (Stanford University, MIT y Georgia Tech), Europa (Aalto University, Imperial College, Trondheim y ETHZ) y Asia (Tsinghua University, BIT y la National Technical University of Singapore).

Equipo en el 2004

Consolidación (2000-2004)

Desde una perspectiva estructural, en junio de 2000 el CFP se trasladó a sus nuevas oficinas y al aulario del edificio NEXUS, con casi 5,000 m² destinados a oficinas y a 16 aulas exclusivas para actividades de formación permanente, títulos propios, formación específica, formación demandada, jornadas técnicas y proyectos de formación para terceros. El rector Nieto decidió consolidar la estructura del CFP creando un total de 17 plazas para técnicos, tres plazas para jefes de sección, tres para jefes de administración y siete puestos administrativos, lo que sumó un total de 30 personas dedicadas a tiempo completo a la planificación, ejecución, medición y revisión de cerca de 1.000 cursos anuales, cifra que en ese momento parecía ilimitada.

Desde el punto de vista organizativo, comenzó un período de notable efervescencia y crecimiento, apoyado en la estabilización de los puestos funcionariales. También en este momento se creó un Vicerrectorado específico para la formación de postgrado, en conjunto con el proceso de creación de los nuevos másteres oficiales. En estos años se inició la reflexión sobre el cambio de denominación del CFP (de “Permanente” a “Postgrado”) para evitar la confusión entre la formación continua y los nuevos posgrados oficiales. El cambio se efectuó en 2003.

En este período también se decidió migrar el sistema informático a una plataforma basada en web. Se optó por desarrollar internamente un software en un proyecto europeo, integrando toda la gestión del CFP en esta nueva plataforma denominada POSEIDON. La obtención de fondos europeos no solo permitió incrementar el personal, sino también desarrollar aplicaciones a medida para la UPV sin coste institucional.

Durante este tiempo se automatizaron los envíos de información sobre cursos, atendiendo a áreas de interés previamente seleccionadas en la ficha de cada cliente, a través del BOLETÍN CFP. Esta nueva versión del CRM empezó enviando automáticamente unos 10.000 correos semanales a clientes y personas interesadas en formación, alcanzando los 94.000 correos semanales en la actualidad.

A la par de los avances informáticos, se adoptaron otras medidas organizativas. La certificación ISO anual del CFP fue pionera en la UPV, así como la incorporación de herramientas de gestión de la European Foundation for Quality Management (EFQM) en sus evaluaciones bianuales. Este modelo, adoptado en el año 2000, sirvió para mejorar procesos y procedimientos, planificación estratégica, gestión de talento humano, recursos y alianzas, así como el sistema de indicadores del Centro. Durante este periodo de consolidación, además de las 30 plazas financiadas por la UPV, la actividad de proyectos permitió financiar hasta 20 puestos adicionales, lo que facilitó la incorporación de nuevas herramientas y desarrollos para optimizar la eficacia y calidad de los procesos de gestión del Centro.

Entre los proyectos anuales (nacionales e internacionales) de esta época, destaca el trabajo con la Fundación Biodiversidad, que incluyó la creación de 20 cursos de formación a distancia, jornadas técnicas y un Observatorio Medioambiental. También en este periodo se estableció FORMATEMPLEO, la Feria de Formación de FERIA VALENCIA, y la UPV se incorporó a su Junta Directiva a través del CFP.

A nivel internacional, es destacable la firma en 2002 de un acuerdo marco con Tsinghua University, también conocida como el “MIT chino”. En Colombia, se comenzó a acompañar la implantación de la norma ISO 9001 en la Corporación Colombiana de Investigación Agraria, lo que abrió las puertas a colaborar con el Servicio Nacional de Aprendizaje de Colombia (SENA) en la implementación de su plataforma de gestión de formación, SOFIA+, y en otras acciones de asesoramiento institucional.

Finalmente, se continuó con la participación en redes internacionales, actuando como anfitriones del congreso anual de SEFI en 2004, el congreso de la European Association for Institutional Research (EAIR) en 2003 y 2004, y el congreso de la European Distance Education Network (EDEN). Además, se organizó el taller anual del Working Group de Continuing Education en 2001 y, en 2002, un taller conjunto entre RECLA y la AUIP sobre gestión estratégica de la educación continua. En 2001, también se organizó el primer encuentro de la naciente Red Universitaria Española de Posgrado y Educación Permanente (RUEPEP).

Conclusiones, comentarios finales y algunos datos

Las iniciativas que desarrollan la “tercera misión” de las universidades deben contar con un flujo “top-down” para ser eficaces, y este fue, sin duda, el caso de la UPV durante el rectorado de Justo Nieto. El liderazgo es fundamental, y la forma de ejercerlo marca la diferencia entre predicar y llevar a cabo acciones concretas. Justo Nieto encarna el perfil de líder visionario, inteligente y generoso. Visionario, al proyectar lo que la UPV podía llegar a ser en el ámbito de la actualización de competencias de sus egresados; inteligente, al movilizar a un colectivo cada vez mayor de personas convencidas de la importancia de la formación permanente; y generoso, al dedicar su vida por completo a los practicantes de estas ideas.

Nieto implementó medidas estructurales, organizativas y relacionales que acompañaron el desarrollo de esta actividad en la UPV. Obviamente, enfrentó dificultades internas, recelos, desconocimiento y prejuicios, pero él y quienes compartían su visión para la formación permanente de la UPV lograron superar estos obstáculos.

Para el crecimiento y desarrollo de la oferta de formación permanente, resultó fundamental la implicación en redes internacionales y en proyectos nacionales, europeos e internacionales. La actividad en Latinoamérica ha representado aproximadamente un 25 % de los ingresos generados por esta actividad en los últimos 30 años. La cooperación internacional ha sido un espacio de benchmarking y aprendizaje con los mejores. Las convicciones de Justo Nieto iluminaron el camino, tanto en su presencia como en su dolorosa ausencia. A pesar de los intentos de borrar el legado de su liderazgo, esa semilla resistió hasta que llegaron tiempos mejores para volver a germinar, quizá con más escepticismo, pero con el mismo entusiasmo y una mayor comprensión de la naturaleza de la comunidad académica.