colabora Elías de los Reyes
Antes de 1990, la red de datos de la Universitat Politècnica de València consistía en una red de cable coaxial, tendido de forma aérea entre edificios y que conectaba en serie unos pocos ordenadores distribuidos de manera aleatoria por toda la universidad.
Con la creación de la E.T.S. de Ingenieros de Telecomunicación en la UPV, se hizo evidente la necesidad de contar con una red de datos moderna y de alta velocidad, que permitiera una conexión externa a través de la Red IRIS del Ministerio de Educación y Ciencia, ubicada en Madrid en el CSIC. En 1992, en el marco del programa Valenciana INFOVILLE y con la inauguración del nuevo edificio de Telecomunicaciones, se asignaron diez millones de pesetas para realizar un cableado estructurado en todo el edificio. Este cableado incluía un backbone de fibra óptica que conectaba todas las plantas, proporcionando servicio de datos tanto a la administración del centro como a todas sus dependencias (despachos de profesores, laboratorios, auditorios, entre otros). Aunque esta primera experiencia tuvo un éxito limitado, dejó en claro la necesidad de implementar una infraestructura integral de red que conectara toda la universidad al mundo mediante la Red IRIS, configurando así una red global.
La propuesta fue presentada al rector Justo Nieto, quien, tras valorarla con entusiasmo, la respaldó con su característico “adelante”. A pesar de no contar inicialmente con una partida presupuestaria para este proyecto, se siguió adelante gracias al impulso rectoral. El coste total del sistema se estimó en doscientos veinte millones de pesetas (valor del 92). Al ver la cifra, el rector, fiel a su visión de futuro, volvió a decir: “adelante”.
Tras una reunión con el entonces director general de Universidades de la Comunidad Valenciana, también ingeniero de telecomunicación, y gracias a su apoyo incondicional, se consiguió financiamiento para el sistema de cableado estructurado de la UPV. Este sistema incluía varios anillos de fibra óptica que conectaban todos los edificios de la universidad, dotándolos de redes troncales y de distribución en cada planta para todas las dependencias. El nodo de comunicaciones se instaló en el Centro de Cálculo, y este nodo se conectó a su vez, a alta velocidad, con la Red IRIS, integrando a la UPV en la red mundial (WWW).
La Universitat Politècnica de València se convirtió en la primera universidad en España en contar con una infraestructura de datos de esta envergadura, logrando un salto cualitativo fundamental para la administración, la docencia y la investigación universitaria. Este modelo pionero sirvió como referencia para el desarrollo de redes en otras universidades del país.