En nuestras lenguas romances, la palabra «memoria» nos llega del latín, y su significado denota tanto la facultad de recordar como la capacidad de evocar momentos pasados. Y «memoria» también nos conecta con Mnemosine, la antigua diosa griega de la memoria y madre de las Musas en la mitología helénica, una figura que simboliza la preservación del conocimiento y la cultura. Nuestro lenguaje humano se ha dotado de esta palabra porque necesitamos conservar las experiencias compartidas y el conocimiento acumulado para las generaciones futuras, porque la memoria, más allá de la propia inteligencia, nos hace humanos, y esa acumulación y preservación de conocimiento es imprescindible como patrimonio común de las personas, de los grupos humanos, regiones, países e instituciones. Y, al acometer el desarrollo de esta obra, elegimos el título Memoria Viva con el propósito de mantener presentes, y de compartir con quienes vendrán, los relatos contados en primera persona por quienes protagonizaron y sentaron muchas de las bases de lo que hoy somos como institución.
Este segundo volumen va mucho más allá que el primero. Aquel, se centró en la figura del rector Nieto, que lideró la institución durante ese significativo período de cambios, de apertura de oportunidades y su aprovechamiento, y así de evolución de la universidad y de máximo crecimiento y expansión. Pero hay que decir que en realidad el proyecto empezó con un objetivo que era un único volumen con una colección de capítulos, que se fue reestructurando conforme se aportaban miradas sobre lo que supusieron aquellos años. Y así llegamos a dos volúmenes, siendo el primer volumen una síntesis que introduce e ilumina las múltiples aportaciones recopiladas en el segundo. En este se recogen relatos, opiniones y testimonios de muchos de los protagonistas, todos fundamentales, que lideraron y contribuyeron a crear y consolidar los centros, departamentos, institutos, servicios y programas que transformaron y llevaron a nuestra universidad hasta la posición de excelencia y prestigio actual. Desde aquí mi agradecimiento a todas las personas que han contribuido a esta valiosa acumulación de conocimiento, memorias y anécdotas que nos permiten entender mejor el pasado, y mirar al futuro con más confianza y solvencia. Y sin duda mi especial reconocimiento al grupo de compañeros que han conducido y coordinado el proyecto Jaime Gómez, Carlos Ayats, Carlos Ripoll, Carlos Gracia, Enrique Ballester, Antonio Hospitaler, José María Guillot y Santiago Guillem, con quienes he compartido reflexiones, ideas y definido objetivos. Y mi agradecimiento a Francisco Pérez Puche, un gran profesional del periodismo, cuya labor fue primordial en la elaboración del primer tomo y que en ocasiones nos ha reconducido por sendas que nos ayudaron a descubrir nuevos enfoques.
El proyecto Memoria Viva surge además en un momento de relevo generacional para nuestra Universidad. Cubre un periodo brillante que empieza a distar en el tiempo con el riesgo de pérdida esa valiosa memoria viva y de textos y otro material importante que atestigua nuestra historia de más de 55 años. Como rector, este proyecto tiene para mí un especial simbolismo, por la responsabilidad que siento de dotar a la nueva savia que hoy nutre a la UPV de un conocimiento profundo de los orígenes de su alma mater, y por mi relación personal con el profesor Nieto. Este conocimiento no solo ayudará a que construyan la imagen que tienen de esta institución, sino que también contribuirá a la consolidación de su propia identidad como miembros de esta vibrante comunidad que es la Universitat Politècnica de València. Y desde luego espero, y ánimo, a que esta labor de preservación de la memoria continue y se transmita a quienes han de ir tomando el relevo.
Como nos recuerda el poeta Jorge Manrique en sus coplas, nuestras vidas «son los ríos que van a dar en la mar», porque la trascendencia de las personas reside en el recuerdo de nuestras virtudes y aportaciones, y en las historias que nos contamos entre nosotros. Son precisamente esas historias las que, de alguna manera, servirán de base para los relatos que en el futuro se contarán, y para servir de guía e inspirar, como aquellas musas griegas, el camino que está por recorrer para una institución a la que, si no existiera, habría que inventarla.