De la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial (EUITI) a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño (ETSID)

colabora Enrique Ballester Sarriás

Evolución de EUITI/ETSID Valencia

Una de las acciones más destacables emprendidas por Justo Nieto para mejorar la universidad fue transformar todas las escuelas universitarias en escuelas técnicas superiores. Como ejemplo, se va a ver lo que supuso para la antigua Escuela Industrial de Valencia (EUITI).

Introducción histórica (1850–1986)

La ETSID, en su historia, ha pasado por distintas denominaciones y tiene más de 150 años de antigüedad. Su inicio se fragua en 1851, quedando constituida como Escuela Industrial Elemental de Valencia, en sustitución del anterior Conservatorio de Artes, por la Real Orden de 24 de marzo del citado año. Tras una reforma en 1852, se formaliza en 1855 con la publicación de un Real Decreto sobre el Plan de Escuelas Industriales en La Gaceta de Madrid (22 de mayo de 1855, n.º 871). En este Real Decreto, el artículo 14 del título III, “De las escuelas profesionales”, donde se articulan las materias y la estructura de la enseñanza profesional, dice literalmente: “Por ahora solo en Madrid, Barcelona, Sevilla, Vergara y Valencia habrá escuelas profesionales”, continuando así los inicios de una Escuela Industrial en Valencia.

La refundación de la Escuela tiene lugar en 1906 por el Real Decreto de 19 de diciembre de aquel año, siendo ministro de Instrucción Pública el valenciano Amalio Gimeno. El proceso culmina con el nombramiento de José Alapont Ibáñez como director del centro y el inicio de las clases en el edificio municipal en la calle Arzobispo Mayoral (detrás del Ayuntamiento), con unos 150 alumnos matriculados en el curso 1907-1908. Gracias al ofrecimiento de algunos industriales (destacando don Bartolomé Montañés) pudieron impartirse las clases prácticas en sus talleres.

Con el Real Decreto de 21 de diciembre de 1910, recibe el nombre de Escuela Industrial, y en el artículo 24 de dicho RD se señala que los titulados de las Escuelas Industriales tendrán derecho a ingresar sin examen en las Escuelas de Ingenieros Industriales.

Los inicios del Campus de Vera (1986)

Si se analizan los datos de alumnos, profesores y medios, se observa que no se aprecia en la Escuela una mejora de recursos ni de personal a partir de la incorporación en 1972 a la UPV.

Solo el director, un profesor y alguna persona más vinculada a la escuela pertenecían al Claustro de la UPV, por lo que la escuela tampoco influía mucho en la Universidad.

La relación de alumnos por profesor era considerablemente mayor en la Escuela en comparación con los centros que formaban el Instituto Superior Politécnico original, y no fue hasta 1987 cuando empezó a observarse una mejora en la distribución presupuestaria. Es cierto que, a partir del 86, la Escuela se sintió más libre y sus directivos pudieron trabajar en el grupo V de la Reforma Universitaria del ministro Maravall con sus propuestas, las relaciones internacionales y las prácticas en empresa.

En 1986 se inicia una nueva etapa coincidiendo con la elección de Enrique Ballester como director de la EUITI y, un par de meses después, de Justo Nieto como rector en una elección en la que el Claustro, de unas 700 personas, tuvo que elegir entre dos candidatos: Justo Nieto Nieto (director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales) y Jaime Llinares Galiana (director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura).

La elección de Justo Nieto como rector fue crucial para la UPV y fundamental para el desarrollo de los centros, en particular para las antiguas escuelas universitarias.

Antes de la elección de Justo Nieto en el 86, se comenta que el gerente había propuesto para el reparto del presupuesto para los centros utilizar una variable obtenida tras multiplicar el número de alumnos de una escuela por la duración en años del título impartido. Es decir, en las escuelas técnicas superiores, el número de alumnos se multiplicaba por seis y en las universitarias se multiplicaba por tres.

Una de las primeras acciones de Justo Nieto fue proponer el nombramiento de un nuevo gerente.

El cambio que se había producido años antes en el gobierno del Estado en Madrid facilitó también el impulso que Justo pudo dar a la UPV en el ámbito educativo y de gestión.

El acercamiento de la antigua Escuela Industrial de Valencia desde su edificio singular, construido a partir del proyecto del arquitecto Mora, se inicia después de las elecciones del 86 con el acuerdo de ubicar a los 500 alumnos de nuevo ingreso del curso 86–87 en cuatro grupos que recibirían clases con profesores de la EUITI en aulas cedidas por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales (ETSII) en el primer piso de su edificio principal.

El director de Industriales, José M.ª Ferrero, cedió también un despacho de la zona de dirección para que el jefe de estudios, Juan Peña Miralles o el director pudieran atender a los alumnos y profesores ya desplazados al Campus de Vera. Las prácticas de estos alumnos de primer curso se realizaron en los laboratorios propios de los departamentos correspondientes situados en el entorno de la Escuela de Industriales.

Esta relación idílica entre los dos centros se vio afectada por la creación de los estudios de Telecomunicaciones cuya gestión se asignó a la ETSII. Esta decisión generó cierta tensión entre ambas instituciones y algunos profesores protestaron, aunque finalmente se optó por que Telecomunicaciones permaneciera en la ETSII mientras los estudiantes de la EUITI se trasladaban al nuevo edificio designado para la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial. Este cambio físico permitió que la Escuela y sus integrantes sintieran una mayor integración en la UPV. 

La EUITI incoporó el Museo del Juguete, una histórica rotativa de uno de los periódicos de Valencia, una biblioteca y despachos para profesores en el Campus de Vera para aquellos que no estaban integrados de pleno (con despachos) en sus respectivos departamentos.

Además, en este período se inauguró el aula Marcela Miró, en honor a la vicerrectora que, en colaboración estrecha con Justo Nieto, impulsó modificaciones en los planes de estudio y mejoras en la calidad educativa, como la mejora en la docencia o la incorporación del proyecto final de carrera. 

Uno de los principales problemas que tenían los estudios en las escuelas que impartían títulos relacionados con la palabra “ingeniería” era la excesiva duración real de nuestras titulaciones y la falta de estudios serios que señalasen esa excesiva tardanza en poder finalizar unos estudios universitarios e incorporarse al mundo laboral.

Como anécdota, años después, el director de la ETS de Ingeniería Aeronáutica de Madrid, en el acto de graduación en su centro, aludía a este problema: “Esta es una buena promoción, la duración media de los que se gradúan hoy es de 8,2 años”. (La realidad era esa. y el único cambio apreciable de un año al otro era la magnitud del decimal).

Cuando la UPV celebró los 50 años de la creación del Instituto Politécnico en Valencia en 1968 —que no la creación de la Universidad, que formalmente fue creada en 1971 como se puede comprobar revisando el BOE donde se anuncia la creación de la UPV— se invitó al rector Marcos Rico, quien dio una charla en la que dijo que le gustaban muchas cosas de la actual UPV, salvo algunas banderolas que hablan del aumento del rendimiento de los alumnos, superando ya el 80 %, y preguntándose si eso significaba que ya no se formaban buenos profesionales.

En ambos casos, los de los pareceres del director de Aeronáuticos de Madrid y el del rector Marcos Rico, no se había hecho un análisis real de la duración excesiva de los estudios ni de las causas de dicho alargamiento.

Siempre se podía oír que, si después de la reforma del 69, del 72… que si había aumentado el número de asignaturas, el número de horas, puede que si alguien con más de 30 horas/semana, o que Don Fulano había suspendido ese año a todos los alumnos de Estadística, bueno, lo mismo que ya hizo otro año (el nombre de la asignatura está puesto al azar).

Esta introducción sirve para destacar el magnífico estudio realizado por Francisco Baena Villodres y Pedro Casanova Peláez y que se recoge en el libro de la Universidad de Jaén Los Estudios de Ingeniería Técnica Industrial en Andalucía. Es de destacar el Apéndice, que no tiene desperdicio, y que es uno de los estudios más rigurosos que se han hecho sobre el perfil medio de cualquier titulación universitaria, indicando posibles intervenciones estratégicas que van a permitir cambiar en pocos años la tendencia existente a un mínimo excesivo de años para finalizar este tipo de estudios.

Este libro, editado en septiembre de 1999, es un ejemplo del buen hacer de unos profesores preocupados por un problema real de la universidad española en los años precedentes al proceso de Bolonia, y que todavía sigue en algunos centros.

Desde la Conferencia de Directores de Ingeniería Técnica Industrial, ahora de Ingeniería del Ámbito Industrial, se hubiera querido extender el estudio a todas las escuelas del Estado español, pero no fue posible y todavía hay directivos de títulos que permiten que el rendimiento medio esté por debajo del 40 %.

Si se analizan las conclusiones, se ve que para la Ingeniería Técnica Industrial la relación entre titulado y matriculado en el curso 1997–1998 para el conjunto de 8 escuelas que imparten esta titulación es del 7,4 %. El porcentaje de abandono es 61,5 % con una media de 3,83 años en la escuela, y el de titulados es de 38,1 % con una media de 6,69 años, datos que eran especialmente preocupantes teniendo en cuenta que los estudios son tres cursos y un trabajo fin de carrera.

Este era uno de los problemas que existían a finales de los 80, que estaba generalizado en el Estado español.

Patio interior

Tal vez el Plan 72 con muchas horas presenciales, una enseñanza masificada y poco innovadora, con prácticas en algunas materias como Electrónica no muy actualizadas (todavía con válvulas y no semiconductores), conducían hacia un fracaso bastante extensivo.

El profesorado cambiaba poco, se aumentaba la relación alumno/profesor. Comparativamente con las escuelas superioeres había muy poca investigación.

Con estos inconvenientes, la Escuela tenía diferentes profesores de enorme valía y unas titulaciones demandadas por las empresas de casi todos los sectores industriales.

Hacía falta un cambio grande, no solo en la Escuela

Los primeros años de los 80, los PNN (Profesores No Numerarios) iniciaron una huelga pidiendo que se convocaran plazas de funcionarios, oposiciones que desde 1971 prácticamente no habían existido. Los alumnos ya podían cambiar de plan y tener mejores instalaciones y medios.

En febrero del 81, varios profesores PNN se reunieron en Madrid con el subdirector general en el Ministerio; en Valencia, algunos alumnos después de una asamblea decidieron poner una pancarta entre las palmeras de la avenida del Antiguo Reino y las ventanas enrejadas del edificio de la “Escuela Industrial”.

Hacía falta un cambio grande

Por lo anterior, cuando el rector Justo Nieto nos propuso trasladar a los 500 alumnos de nuevo ingreso de primero al Campus de Vera fue como abrir una ventana al cambio.

A partir del 87, introducidos algunos cambios en la docencia, en espacios en el antiguo edificio de la Escuela Industrial, ya que había 500 alumnos de nuevo ingreso en el Campus de Vera, con los problemas de un edificio singular con una entrada de unos 70 cm de anchura para dar paso a todos los laboratorios construidos en el edificio de laboratorios, que había sustituido al primitivo de talleres del arquitecto Mora.

Para acceder al edificio había una sola puerta, por la que transitaba tanto el personal y los alumnos de la EUITI como los del INP “Blasco Ibáñez” y las ventanas de los pisos inferiores con una reja que impedía el tránsito en caso de necesidad como salida de emergencia.

Había que cambiar el edificio no solo para la docencia de teoría, sino para las prácticas disponer de laboratorios y equipamientos acordes con una formación universitaria.

Innovación educativa

Esquema de la evolución de los antiguos planes de estudio a los nuevos

A partir del esquema se muestran las experiencias iniciales en innovación educativa con los Proyectos de Innovación Educativa (PIE), las relaciones con el mundo de la empresa a través de la práctica de los alumnos, del desarrollo de colaboraciones con el mundo del trabajo real en las empresas y las relaciones internacionales.

Como comenta Roberto Capilla Lladró, Justo Nieto desde el inicio de su mandato aporta a la universidad un gran impulso en el ámbito educativo y de gestión, aspectos que se reflejan en la actual ETSID.

Entre otros, cabría destacar los siguientes aspectos:

• La puesta en marcha de los PIE, por parte del equipo rectoral de la UPV, se refleja en la ETSID en múltiples proyectos educativos. Entre ellos, consideraría el PID 1 que se inicia a finales de los 80 y que afecta a todas las asignaturas de 3.º curso de Ingeniería Técnica de Electrónica Industrial.

• Posteriormente, se implanta un PID semejante en primer curso de la misma ingeniería. Hewlett Packard hace una fuerte donación de equipamiento para dicho proyecto, pero se necesita un apoyo económico que aporta el equipo rectoral.

• Desde entonces, la ETSID es una referencia en el ámbito educativo a nivel nacional.

•Todo este cambio metodológico que supusieron estos proyectos sigue estando presente actualmente en la docencia de la escuela.

¿Qué se pretendía corregir con los pilares que sustentaban los nuevos planes? Como metas alcanzables: una mejora del rendimiento de los estudiantes, conseguir mejorar tasas de titulados frente a matriculados, atraer estudiantes que se comprometieran con el centro y en mejorar aspectos como seguimiento de la asistencia, de la presentación a los exámenes, que les interesase completar su formación con prácticas en empresas o participar en intercambios internacionales.

Todos estos cambios se empiezan a notar, primero, con que se cubren las plazas ofertadas con la selectividad de junio y que la nota de acceso empieza a aumentar y ya hay listas de espera con números, en algunos títulos, superiores a 1000.

A su vez, estos cambios implican que distintas universidades de otros países se fijen en la Universidad Politécnica de Valencia y que hablen de cómo se involucra a los alumnos mediante la innovación sistemática, tal y como dice el siguiente artículo “Systematic Innovation Engages Students at Universidad Politécnica de Valencia” que habla de la implantación del PID nombrado con anterioridad:

El Proyecto Europa

Años más tarde, Eliseo Gómez-Senent, vicerrector de Coordinación Académica y Alumnado, plasmó en el Proyecto Europa 2000–2001 y 2001–2002 todas las acciones que se podían realizar para mejorar la docencia con apoyos presupuestarios del Rectorado.

En las palabras del rector Nieto en la presentación del proyecto, escribe: “El Proyecto EUROPA incorpora, además, tres aspectos importantes: abierto, flexible e ilusionante que lo harán, estoy seguro, un diferenciado referente en la Universidad Politécnica de Valencia”.

Como también escribe el rector Nieto en la presentación del 2.º Proyecto Europa: “Hay que hacer cualquier cosa menos permanecer inmóviles. Hay que andar, innovar preferiblemente en la dirección correcta. Este es el reto: intuir el futuro y correr a sus brazos. Para eso nace Europa”.

Para nuestra Escuela fue fácil acogernos a los diferentes programas de ayuda a la organización docente, a la formación integral del alumno, a la mejora en el aprendizaje y la mejora en la enseñanza.

Estos Proyectos Europa nos permitieron consolidar todas las acciones emprendidas en el campo de la innovación educativa desarrollando las aulas-laboratorio bautizadas con los nombres de Brest, Marcela Miró, Aitana o Peñagolosa en el nuevo edificio inaugurado en 1999 por el rector Justo Nieto en presencia del rector de la UPC Jaume Pagès i Fita.

Portada del documento donde se detallaba el Proyecto Europa.

Relaciones internacionales

A lo largo del curso 87/88, la Escuela recibió representantes de diversos centros europeos lo que permitió que durante el curso 88/89 hubiera alumnos realizando el proyecto fin de carrera en: Middlesex Polytechnic (Londres), École Nationale Supérieure de l’Électronique et de ses Applications (ENSEA) (Cergy); I.U.T. de Toulouse; École Nationale Supérieure des Télécommunications de Bretagne (Brest); National Institute of Higher Education (Dublín) y, para el curso siguiente, se presentaran diversos proyectos Erasmus que permitirían la relación con los siguientes centros: Staffordshire Polytechnic (Gran Bretaña); Middlesex Polytechnic (Londres); Buckinghamshire College – High Wycombe (Gran Bretaña); École Normale Supérieure de Cachan (Francia); École Nationale Supérieure des Télécommunications de Bretagne (Francia); École Nationale Supérieure de l’Électronique et de ses Applications (ENSEA) (Francia); Université Paul Sabatier (Toulouse); Université de Paris-Sud (Orsay); Université de Bretagne Occidentale (Brest); Universidade Técnica de Lisboa (Portugal); Instituto Politécnico de Setúbal (Portugal); Instituto Superior de Engenharia do Porto (Portugal); National Institute of Higher Education (Dublín); Università degli Studi di Bari (Italia); Aarhus Tekniske Skole (Dinamarca); y otros.

El Plan de Innovación Educativa de la UPV tuvo repercusión más allá de nuestras fronteras como atestigua este artículo en inglés.

A la hora de hablar de las relaciones internacionales, hay que destacar el trabajo realizado por los diferentes responsables de las relaciones internacionales y todo el personal que colaboraba en este proceso y, sobre todo, el apoyo y ánimo recibido desde el rector Justo Nieto y sus diferentes equipos, acompañándonos en viajes, en conseguir implantar el título de la Maîtrise de París VI en la UPV. Destacar que, en los inicios de los Erasmus, Javier Sanz, como presidente del Consejo Social, nos acompañó a la sede de Erasmus en Bruselas.

El equipo directivo de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial (EUITI) de Valencia se planteó como objetivo, a finales de los ochenta, que las relaciones internacionales constituyeran uno de los pilares sobre los cuales se asentara la Escuela en su constante búsqueda de la excelencia; los otros dos elementos que hacían posible esta meta eran la innovación educativa y las relaciones con la empresa.

La EUITI de Valencia desarrolla en la actualidad una amplia actividad en el campo internacional, como lo demuestra la gran cantidad de programas en los que participa, como son los programas Erasmus, Leonardo da Vinci, ALFA, PROMOE y el Programa de Cooperación Interuniversitaria (PCI); en los que se organizan en cada institución diferentes cursos y seminarios que son impartidos por profesores del otro continente.

Una de las principales funciones de la universidad de hoy en día es lograr una adecuada formación en los alumnos, de forma que satisfaga plenamente a la sociedad cuando se incorporen a la misma como titulados. Una vez que un plan educativo cumple sus propósitos básicos, las inquietudes dejan de ser de carácter cuantitativo para convertirse en inquietudes más cualitativas. Es clara la tendencia en la actualidad al estudio e investigación de la calidad universitaria, debido primordialmente a la intensificación de la inquietud de la sociedad por este aspecto de la formación. La universidad actual y futura debe buscar nuevos temas que puedan enriquecer la docencia, y uno de los más interesantes es la participación en programas internacionales de cooperación educativa, aspecto en el que la ETSID no solo es precursora sino también una de las sobresalientes en la Universidad Politécnica de Valencia.

Es objetivo, pues, de la Escuela impartir una enseñanza de calidad con la aspiración de que sus alumnos reciban una adecuada formación que les permita asumir en el futuro responsabilidades relacionadas con los estudios cursados, así como dotarles de una capacidad de adaptación que les ayude a enfrentarse a los distintos retos que se les pueden presentar en el mundo empresarial.

Los diseñadores desbancan a los “telecos”

Un reportaje escrito por Miquel Alberola en un artículo del periódico Comunidad Valenciana del domingo 2 de noviembre de 2003 dice lo siguiente acerca de la ingeniería del diseño:

“La ingeniería del diseño se convierte en la gran expectativa profesional en la Universidad Politécnica de Valencia. Desde mediados de los noventa, la explosión de la nueva economía convirtió a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación en el vivero más selecto de licenciados de la Universidad Politécnica de Valencia. Hace tan solo tres años, una de cada tres ofertas de empleo dirigidas a recién licenciados estaba relacionada con las telecomunicaciones, las tecnologías de la información e Internet. El descenso en estas vacantes ha sido del 15,4 % este año, un batacazo que se añade al 20 % que cayó el año anterior.”

Por el contrario, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño, la antigua Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial, vive su momento más dulce, puesto que sus especialidades han sustituido en interés a las de la de Ingenieros de Telecomunicación. Dos de ellas, Diseño y Química, han tenido este curso una nota de corte de 7,18 y 7,09, respectivamente, mientras que en Telecomunicación ha bajado a 5,8. El auge de la economía productiva y del valor añadido del diseño ha reorganizado el mapa universitario. El 96 % de los titulados de esta escuela, que cuenta con 3.000 alumnos, se coloca antes de los seis meses.

Pero también la Escuela de Ingeniería del Diseño ha dado un gran salto en su evolución desde su embrión de la Escuela de Peritos. El principal cambio del centro fue creerse que estaba en la Unión Europea, lo que le llevó a participar en los primeros proyectos Erasmus y a establecer unas sólidas relaciones internacionales. Otro de los factores que ha contribuido a este éxito es que los alumnos tuvieran la formación que precisa el mundo de la empresa. ‘No nos conformamos con que haya 700 alumnos haciendo prácticas en empresas, sino que establecemos una colaboración para ver qué habilidades y aptitudes demandan estas a nuestros titulados’, decía Enrique Ballester, director de la escuela.

Estos cambios que se iniciaron en los años ochenta han empezado a cristalizar ahora. La escuela tiene 560 titulados por año, realiza 300 intercambios internacionales y en los últimos ocho años ha tenido al menos un alumno con premio extraordinario en Madrid. ‘Si la nota sube, los alumnos son buenos y eso se tiene que notar’, justifica Ballester”.

Transformación a Escuela Técnica Superior

La Escuela Industrial en su sede original en el centro de Valencia

La sede actual de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño, recientemente renombrada Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeroespacial y Diseño Industrial.

El antiguo jefe de estudios Bernardo Álvarez recordaba las discusiones con un vicerrector que, a la petición de la Escuela de querer un título de 2.º ciclo, respondió: “No es posible ya que no sois una escuela técnica superior”. Más tarde, en otro escrito se solicitó ser escuela técnica superior, a lo que el mismo vicerrector responde: “No es posible ya que no tenéis ningún título de 2.º ciclo”.

Como comenta nuestra compañera Carmen Coll, catedrática de universidad del área de Matemática Aplicada:

“A finales de los años noventa, principios de 2000, la situación en el organigrama de escuelas dentro de la Universidad Politécnica necesitaba un cambio. Principalmente, por el interés a nivel nacional de reformar la estructura de los estudios universitarios con la aparición de segundos ciclos y nuevas titulaciones. Las Escuelas Universitarias, cuya labor había sido fundamental en la creación de expertos y técnicos que mejoraban el tejido industrial a nivel profesional, pasan a ser obsoletas. Preocupado por esa situación, el director de la Escuela Técnica Industrial de la Universidad Politécnica de Valencia elabora una propuesta para una posible transformación de dicha Escuela Universitaria a Escuela Técnica Superior. El interés y el empuje del rector Justo Nieto y su equipo hicieron posible que la actual ETSID sea una evolución de la Escuela creada en 1855.”

O Vicente León:

“No llegué a entender muy bien en su día, cuando se produjo el cambio de Escuela Universitaria a Escuela Superior, pues desconocía la necesidad. No obstante, me alegré y entendí que el cambio propiciado por Enrique Ballester y el rector Justo Nieto era positivo, sobre todo cuando observé las reacciones de poco agrado de compañeros de otras escuelas.”

La transformación de la Escuela en Escuela Técnica Superior supuso cambios verdaderamente beneficiosos para los alumnos y trabajadores del centro. Comparando los años iniciales de la Escuela con los años posteriores a la transformación, se puede ver un gran aumento en el número de profesores y una reducción del número de alumnos por profesor. Estos cambios conllevan una mejor educación, en la que se ha podido prestar más atención y ayuda a los alumnos, además de aumentar la motivación. Cambios que han implicado que el número de alumnos titulados por curso también aumente en gran medida.

El primer dato a mostrar consiste en la cantidad de personal trabajando en la Escuela en distintos años:

• 1983: En total, entre catedráticos, maestros de laboratorio y otros servicios, el personal total de dicho año resultó ser de 121 (donde solo 95 de ellos eran profesores). En comparación con los 1.967 alumnos matriculados en la Escuela, se obtiene una cifra de alumnos por profesor de 21.

• 2018: Una vez consolidados los títulos y considerando únicamente profesores, la cifra asciende a 532, de los cuales 75 son catedráticos de universidad, 49 de ellos adscritos a la Escuela. El número de matriculados ese mismo año fue de 3.877 alumnos. Estos números permiten obtener una cifra de alumnos por profesor de 7, tres veces menor que la vista con anterioridad.

Aunque este cambio ha sido muy notable, ha conllevado un largo proceso donde los primeros años se tenían cantidades de alumnos por profesor muy similares al caso de 1983.

Al hablar ahora de alumnos titulados frente a alumnos matriculados, estos también representan un cambio muy llamativo en la Escuela. Volviendo a comparar los años vistos con anterioridad, mientras que en el año 1983 únicamente se titulaba el 5,8 % de los alumnos matriculados en dicho curso, en el año2018 se titularon el 20,8 %. Lo cual implica que el porcentaje de titulados por promoción es del 83 % aproximadamente, mientras que dicho porcentaje referido al año 1983 sería del 23 %. 

Todas estas reformas en innovación educativa y en las prácticas de empresa e internacionales nos permiten tener actualmente una magnífica Escuela de Ingeniería que no hubiera sido posible sin la actuación del Rector Justo Nieto, sus equipos y todo el personal del centro.

José Martí Dolz, que fuera subdirector de la Escuela Industrial, el día de la imposición de la Cruz de Alfonso X.

Alumnos en el taller de Diseño de Producto

En el laboratorio Pedro Duque, algunos miembros del equipo de Formula Student UPV Team, con el entonces rector Francisco Mora, el propio Pedro Duque y el entonces director de la escuela, Enrique Ballester.

Vista de una de las aulas del Proyecto de Innovación Educativa

Atrio