colaboran M.ª José Díez y M.ª José Pérez Córdoba
El origen del COMAV se encuentra en el Grupo de Mejora Genética Vegetal del Departamento de Genética de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la UPV, dirigido por el Dr. Fernando Nuez Viñals. Ya en los años 1980, el grupo era consciente de la importancia crucial de los recursos fitogenéticos para los programas de mejora genética en curso y del peligro de su pérdida irreparable. Como resultado, el grupo inició sus primeras expediciones de recolección de germoplasma en Latinoamérica, y más adelante extendió su alcance a toda España y otros países. La mayoría de estas expediciones tuvieron lugar durante las décadas de 1980 y 1990 y se centraron en cultivos de las familias de las Solanáceas y las Cucurbitáceas, así como en otros cultivos hortícolas. En estas expediciones se recolectaron materiales de diversas regiones, incluyendo la Península Ibérica, Baleares, Canarias, el Norte de África, y áreas de América Central y del Sur. Este esfuerzo fue pionero y se convirtió en el germen del actual Banco de Germoplasma de la UPV, que cuenta con aproximadamente 13.000 variedades de varios cultivos hortícolas y especies silvestres emparentadas. De manera particular, la colección de tomate y sus especies relacionadas es una de las más importantes del mundo, a la que se suman significativas colecciones de pimiento, berenjena, melón y calabazas.
La creación del COMAV fue impulsada inicialmente por el Grupo de Investigación sobre “Recursos fitogenéticos y su utilización en la mejora genética”, bajo la responsabilidad del Dr. Fernando Nuez. Los intereses comunes y la sinergia con otros tres grupos de investigación de la UPV —”Mejora genética de la resistencia a virosis en tomate y pimiento” (responsable Dra. María José Díez), “Mejora genética de Cucurbitáceas” (responsable Dra. Belén Picó) y “Mejora genética de Solanáceas” (responsable Dr. Jaime Prohens)—, con los cuales mantenía una colaboración estrecha y productiva, llevaron a promover la creación del Centro de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV). Esta propuesta fue aprobada por la Junta de Gobierno de la UPV el 27 de mayo de 1999. A partir de ese momento y hasta 2004, se fueron incorporando cinco nuevos grupos de investigación de la UPV, ampliando el enfoque y alcance del COMAV: “Mejora genética de variedades tradicionales” (Dr. Salvador Soler), “Cuajado y desarrollo partenocárpico del fruto en Solanáceas” (Dr. Joaquín Cañizares), “Caracterización molecular de virus de hortícolas” (Dr. Carmelo López), “Aplicación de técnicas de cultivo in vitro para la mejora genética de hortícolas” (Dra. María Carmen Gisbert) y “Androgénesis en cultivos de interés agronómico” (Dr. José María Seguí). Además, se integraron investigadores de otras instituciones, como la Dra. Rosa de Frutos de la Universidad de Valencia, el Dr. Salvador Roselló de la Universidad Jaume I y el Dr. Adrián Rodríguez del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, mediante convenios firmados con la UPV. Fue en este contexto de expansión cuando el Centro adquirió el estatus de instituto universitario de investigación, decisión aprobada por la Junta de Gobierno en 2004. En ese momento, el COMAV ya contaba con 11 grupos de investigación, lo que evidenciaba su rápido crecimiento y consolidación.
La visión de futuro y el apoyo incondicional del entonces rector Justo Nieto fueron fundamentales para este desarrollo. La ampliación de los espacios, tanto en laboratorios como en invernaderos con tecnología avanzada de cultivo, fue un recurso esencial para el crecimiento y fortalecimiento del COMAV.




Variabilidad de especies hortícolas conservadas en el banco de germoplasma del COMAV
Temáticas de investigación en los inicios y consolidación del COMAV
En sus primeras etapas, la investigación en el COMAV se orientó a resolver problemas agrícolas mediante la utilización de los recursos fitogenéticos recolectados y conservados en su banco de germoplasma. Desde el comienzo, el banco tuvo una proyección internacional, y el personal directivo participó activamente en grupos de trabajo del Programa Cooperativo Europeo sobre Recursos Fitogenéticos (ECPGR). Como resultado de su liderazgo en este ámbito, se estableció la Base de Datos Central Europea de Cucurbitáceas (ECCUDB), se implementaron duplicados de seguridad para las colecciones europeas y se desarrollaron descriptores mínimos para los cultivos de cucurbitáceas, lo que contribuyó a la armonización del germoplasma a nivel europeo. El COMAV también participó en una gran cantidad de proyectos financiados por organismos nacionales e internacionales, que fueron clave para su consolidación como un centro de referencia en la investigación sobre recursos fitogenéticos.
Consolidación del Banco de Germoplasma y Proyección Europea
En el ámbito de los recursos fitogenéticos, el COMAV desarrolló diversos proyectos financiados por organismos como la FAO, el International Board for Plant Genetic Resources (IBPGR) y el Programa RESGEN de la Unión Europea. Algunos proyectos relevantes incluyeron “Colectas en España de especies hortícolas” (1985-86), “Documentación del género Cucumis en España” (1984-86), “Management, conservation and valorisation of genetic resources of eggplants (Solanum species)” (1999-2004) y “Brassica Collections for Broadening Agricultural Use” (2000-2003). Estos proyectos desempeñaron un papel significativo en la recolección de variedades tradicionales españolas y en la proyección europea del COMAV. Además de estos proyectos, el COMAV coordinó desde 1988 una serie de proyectos del Plan Nacional financiados por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA). Bajo la dirección inicial de F. Nuez y posteriormente de M.J. Díez, estos proyectos se centraron en la regeneración y caracterización primaria de los recursos fitogenéticos de hortalizas en España, involucrando a entre 10 y 13 instituciones y bancos de germoplasma en todo el país.
La abundancia de parientes silvestres de los cultivos, recolectados principalmente en su centro de origen en Latinoamérica, permitió al COMAV iniciar investigaciones sobre su diversidad genética, lo cual sentó las bases para futuros estudios sobre los procesos de domesticación de los cultivos, en particular del tomate.
Resolviendo los retos de la agricultura
Durante el periodo de referencia, el COMAV gestionó más de treinta y cinco proyectos del Plan Nacional financiados por diversas entidades, entre ellas CAICYT, CICYT, DGICYT, INIA y FEDER-CICYT, además de otros financiados por la Comunidad Valenciana y la UPV. Estos proyectos abarcaban cultivos como el tomate (16 proyectos), el pimiento (3), el melón (7), el pepino dulce (Solanum muricatum) (6) y variedades tradicionales de diversos cultivos hortícolas (3). La finalidad principal de estos proyectos fue abordar los desafíos específicos que enfrentaba la agricultura en aquellos años.
Uno de los problemas estudiados en el cultivo de tomate fue la falta de cuajado de los frutos debido a las bajas temperaturas en la zona de producción de Almería, donde se encuentran las mayores extensiones de cultivo bajo invernadero de Europa. Este problema estaba asociado a la baja calidad de los frutos, y el proyecto “Cuajado del tomate a baja temperatura. Mejora genética de la calidad del fruto” (1988-1991) buscaba solucionarlo. Sin embargo, uno de los mayores retos a nivel mundial fue la resistencia a patógenos, tema central de cinco de los proyectos en tomate. En esos años, dos virosis importantes —el virus del bronceado del tomate (TSWV) y el virus del rizado amarillo del tomate (TYLCV)— aparecieron en España y se extendieron por todas las zonas de cultivo, causando grandes pérdidas económicas. En estos proyectos, que fueron coordinados por investigadores del COMAV, se abordó la solución de estas virosis de forma interdisciplinar, estudiando el virus, los insectos vectores y la epidemiología. El desarrollo de métodos de inoculación y diagnóstico, junto con la obtención de variedades resistentes, fue clave para abordar estos problemas en el país, lo que también promovió la colaboración con empresas del sector, tanto nacionales como internacionales.
Otro desafío en el cultivo del tomate en Almería era la falta de cuajado en épocas de condiciones agroclimáticas desfavorables. Este problema motivó un estudio sobre la regulación hormonal del cuajado y el desarrollo partenocárpico del fruto en tomate, enfocándose en la expresión de genes de la ruta de biosíntesis de giberelinas en tejidos reproductivos. Este proyecto buscaba mejorar la producción en condiciones menos favorables.
La calidad del tomate fue otra área de investigación. La pérdida de calidad está relacionada con el uso de especies silvestres en los programas de mejora, ya que, aunque aportan resistencia a patógenos, también afectan características agronómicas clave. Consciente de este problema, el COMAV desarrolló varios proyectos para estudiar la calidad organoléptica y nutricional del tomate y mejorar estos caracteres, financiados con recursos estatales, autonómicos y de la propia UPV.
Paralelamente a las investigaciones en tomate, el COMAV comenzó a trabajar en otro cultivo de gran importancia en España y en la Comunidad Valenciana: el melón. Esta línea de investigación fue creciendo hasta abarcar también otras cucurbitáceas, lo que llevó a la constitución del Grupo de Mejora de Cucurbitáceas. Las primeras investigaciones en melón se centraron en resolver dos problemas críticos: el amarilleamiento del melón, una enfermedad viral, y el colapso o muerte súbita del melón, causada por hongos del suelo. De estos dos problemas, el colapso del melón requirió un esfuerzo y dedicación especiales, debido a su complejidad y a la necesidad de un abordaje integral.
En el estudio del colapso del melón, los investigadores comenzaron desarrollando métodos de inoculación y diagnóstico, lo cual representaba un desafío importante, ya que la raíz de la planta —el órgano afectado por el patógeno— complicaba el proceso de diagnóstico y tratamiento. Paralelamente, se diseñaron programas de mejora genética para obtener variedades resistentes a esta enfermedad. A medida que avanzaban estas investigaciones, el equipo del COMAV inició el desarrollo de técnicas de genotipado, lo cual permitió una nueva aproximación al problema del colapso desde el ámbito de la genómica. Fruto de estos esfuerzos, se lograron varios proyectos clave, como el de “Identificación de secuencias génicas responsables de caracteres de morfología de raíz y de la resistencia al colapso” y el proyecto “Desarrollo de herramientas de genómica y proteómica en melón (Cucumis melo L.) para el análisis de caracteres de resistencia a patógenos y de calidad del fruto”. Estos y otros proyectos permitieron al Grupo de Mejora de Cucurbitáceas consolidarse, demostrando la alta calidad de sus investigaciones y ganando reconocimiento a nivel internacional.
Como resultado de las expediciones de recolección de germoplasma realizadas en Latinoamérica, el COMAV comenzó una nueva línea de investigación enfocada en la introducción de nuevos cultivos en España. Esta línea exploró varios cultivos, destacándose el pepino dulce (Solanum muricatum Ait.), un fruto de origen andino. Diversos proyectos se dedicaron a la introducción y adaptación del pepino dulce al mercado español, involucrando a cooperativas agrícolas para realizar estudios de mercado y establecer la comercialización del cultivo. A la par de estos estudios, el COMAV trabajó en la mejora de variedades de pepino dulce, buscando incrementar su resistencia frente a estreses bióticos y abióticos, de modo que el cultivo fuera viable y competitivo en condiciones locales.
En el año 2000, el COMAV inició una línea de investigación que ha alcanzado gran consolidación con el tiempo: la mejora de variedades tradicionales de cultivos hortícolas de la Comunidad Valenciana. Esta línea de trabajo se ha nutrido de múltiples proyectos financiados por la Generalitat Valenciana, enfocados en valorar y preservar la riqueza de las variedades tradicionales que forman parte de la herencia agrícola de la región. La Comunidad Valenciana, con una fuerte tradición agrícola, posee una diversidad considerable de variedades tradicionales que han sido generadas y perfeccionadas por los agricultores locales, adaptándolas a las condiciones agroclimáticas específicas de la zona.
Para llevar a cabo esta investigación, el COMAV utilizó las variedades recolectadas en las expediciones realizadas por el banco de germoplasma. Se realizó una caracterización exhaustiva de estas variedades, seleccionándolas y mejorándolas en colaboración constante con agricultores y asociaciones agrícolas. Así nació el enfoque de “Mejora Participativa”, un método que combina el profundo conocimiento de los agricultores sobre el material vegetal con las técnicas y conocimientos de los mejoradores genéticos. Este enfoque ha permitido revitalizar muchas de las variedades tradicionales, que habían sido desplazadas por híbridos comerciales, respondiendo a una demanda creciente de los consumidores por productos tradicionales y de alta calidad. Gracias a esta línea de investigación, se han constituido varias sociedades de productores y comercializadores que están contribuyendo al mantenimiento y desarrollo de las comunidades agrícolas de la región.
El COMAV al término del periodo 1986-2004
Durante el periodo de 1986 a 2004, el COMAV registró 10 variedades o híbridos de tomate, cinco de pepino dulce y una de judía. Gracias a la labor en colaboración con el sector empresarial público y privado, el COMAV fue incluido en la plataforma AGROALIMED (Núcleo Tecnológico Agroalimentario Mediterráneo) de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Para el año 2004, el COMAV contaba con un equipo de 18 doctores con funciones investigadoras, 13 técnicos de apoyo, 21 becarios y 2 administrativos. Las instalaciones abarcaban cerca de 2.000 m² de laboratorios, 4.000 m² de invernaderos y 7.300 m² de superficie de cultivo al aire libre. En ese año, el COMAV tenía 24 proyectos activos y había producido 257 publicaciones científicas. Su colaboración nacional e internacional era amplia, y F. Nuez fue honrado con varios reconocimientos internacionales, entre ellos como Miembro del Board de la International Society for Horticultural Science (ISHS), Miembro honorífico de la European Association for Research in Plant Breeding (EUCARPIA) y Horticólogo de Honor de la Asociación Portuguesa de Horticultura (APH).
En cuanto a docencia, el COMAV participó en el Programa de Doctorado de Biotecnología de la UPV y coordinó el Programa de Doctorado Fitomejoramiento y Biotecnología con la Universidad de Caldas (Colombia), que resultó en la realización de 38 tesis doctorales y 205 trabajos fin de carrera. En 2004, comenzaron las negociaciones para el establecimiento del Máster Interuniversitario en Mejora Genética Vegetal, que inició en 2006, con la UPV, UPC y UPM como participantes.
Consideración final
En definitiva, durante el periodo considerado, el COMAV experimentó un crecimiento y reconocimiento internacional. El banco de germoplasma fue fundamental para los proyectos de investigación, contribuyendo a resolver problemas agrícolas en España y en la Comunidad Valenciana. La juventud, iniciativa y creatividad del grupo de investigadores, junto con el apoyo rectoral, fueron esenciales para la consolidación y el crecimiento del instituto.

Fernando Nuez, director del Grupo de Mejora Genética Vegetal del Departamento de Genética de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos, origen del COMAV.