INTRODUCCIÓN SERVICIOS

Durante los años de Justo Nieto al frente de la Universitat Politècnica de València, la institución experimentó una transformación sin precedentes que la catapultó de ser una pequeña universidad de provincias a un centro de referencia nacional e internacional. Este desarrollo integral no solo implicó avances académicos, sino también un impulso clave en sus servicios administrativos y de apoyo, consolidándolos como elementos fundamentales en la vida universitaria. La gestión de servicios se concibió como un soporte integral a la comunidad universitaria y resultó fundamental para alcanzar los objetivos de transformación que hicieron de la UPV una universidad moderna, competitiva y eficiente.

La rápida expansión de la UPV en términos de personal, estudiantes e infraestructura planteó la necesidad de una reorganización estructural y de una revisión de sus servicios de apoyo. Se implementaron medidas para dotar a los departamentos de personal administrativo cualificado y se elevaron los niveles salariales del personal, lo que aseguró que los puestos se ajustaran a las nuevas y mayores responsabilidades, mejorando la operatividad de la universidad. En paralelo, se creó el Servicio de Fiscalización para ejercer control financiero sobre los gastos e ingresos universitarios. Dotado de plena autonomía, este servicio introdujo prácticas de autogestión y control presupuestario que evitaron desajustes financieros y favorecieron una administración ágil y confiable.

La modernización también alcanzó a la gestión contable de la universidad. Se desarrollaron sistemas administrativos que simplificaban pagos, anticipos y gestiones, aligerando la carga burocrática de profesores e investigadores. Estos cambios redujeron notablemente los tiempos de procesamiento, que pasaron de treinta a once días, y aumentaron la eficiencia en la atención de los trámites administrativos.

El bienestar de la comunidad universitaria fue siempre una prioridad. Durante estos años, se asumió la gestión del parvulario, un servicio altamente valorado por las familias, y se renovó el servicio de limpieza a través de su externalización, lo cual mejoró tanto los resultados como la especialización del personal. Se introdujeron asimismo nuevas tiendas y servicios en el campus, como librerías, papelerías, cajeros automáticos y espacios para trámites cotidianos, como la renovación del DNI. Aunque estas innovaciones generaron inicialmente cierta resistencia, se consolidaron y, con el tiempo, fueron adoptadas como modelo por otras universidades en el país.

Otro logro destacable fue la ampliación de la oferta de formación permanente, impulsada por el Centro de Formación Permanente (CFP), que posicionó a la UPV como un referente en el ámbito de la formación continua. Este centro no solo atendía las necesidades de la comunidad académica, sino que se abrió a la sociedad, ofreciendo programas de capacitación y desarrollo profesional que trascendieron el ámbito universitario.

En el plano cultural y deportivo, la UPV vivió una integración única: la incorporación de la Escuela de Bellas Artes, que permitió una sinergia enriquecedora entre arte, ciencia y tecnología, y dio lugar a proyectos multidisciplinares innovadores. La creación del Coro de la UPV, compuesto por miembros de la comunidad universitaria y asociados. También se institucionalizó el Área de Deportes, que en 2004 se convertiría en el primer Vicerrectorado de Deportes en una universidad española, promoviendo una formación integral que incluía tanto el ejercicio físico como el desarrollo cultural. En cuanto a la comunicación, la creación del Área de Radio y Televisión, con UPV Radio y UPV Televisión, fue un salto adelante en la proyección de la universidad hacia la sociedad, acercando ciencia, tecnología y cultura a un público más amplio.

El compromiso con la calidad y la empleabilidad fue otro de los ejes de esta etapa. La creación del Programa de Evaluación de la Calidad en 1996 buscó establecer un marco de mejora continua en la docencia, la investigación y la gestión, al tiempo que el Plan de Empleabilidad promovió la inserción laboral de estudiantes y egresados, fortaleciendo el vínculo de la universidad con el tejido empresarial y favoreciendo una actitud emprendedora entre los estudiantes.

La expansión física de la UPV en el Campus de Vera acompañó este crecimiento institucional. La construcción de nuevas instalaciones no solo respondía a necesidades de docencia e investigación, sino que también proyectaba un modelo arquitectónico diverso y atractivo, pensado para fomentar el aprendizaje y la convivencia en un entorno universitario dinámico y moderno. En paralelo, se potenció la dimensión internacional de la universidad mediante la participación en el programa Erasmus y la creación de programas propios, ampliando las oportunidades de movilidad para estudiantes, profesores e investigadores y consolidando a la UPV como referente en el intercambio académico.

En el ámbito financiero, se colaboró en el desarrollo del Plan Plurianual de Financiación del Sistema Público Universitario Valenciano, que permitió una planificación más estable y coherente, facilitando el impulso de proyectos a largo plazo. Este sistema innovador aseguraba que los fondos asignados crecieran en función del desarrollo de cada universidad, desvinculándose de incrementos anuales y favoreciendo así una estabilidad presupuestaria que sería crucial para la proyección futura de la UPV.

Estos logros sentaron las bases para una UPV moderna, inclusiva y competitiva, una universidad que se mantiene comprometida con su entorno, abierta a la internacionalización y con una visión de futuro sólida. Hoy, la UPV es el testimonio de una época de innovación y liderazgo que transformó profundamente la institución, proyectándola como un referente en la educación superior.